Obesidad


hombre obeso
La alimentación no es un hecho que pase desapercibido en nuestra vida personal y en la sociedad en su conjunto. Existen innumerables empresas que producen y procesan alimentos para poner a disposición de los consumidos, negocios que preparan platos para ser consumidos todos los días y una industria que desarrolla nuevas tentaciones. Todo esto sucede porque alimentarnos es fundamental para sobrevivir, siendo la única forma de obtención de nutrientes.

Los alimentos contienen nutrientes que obtenidos a través del proceso digestivo son utilizados por todos los órganos y tejidos para la obtención de sustancias vitales y energía para su metabolismo.

Para comprender los trastornos alimenticios debemos tener en claro como administra el cuerpo la energía del metabolismo. Los ingresos se obtienen de los alimentos de forma exclusiva, los cuales establecen su definición por aportar sustancias con valor calórico.

En el otro extremo se encuentran las pérdidas realizadas del propio trabajo de cada célula de los tejidos, que funciona como una máquina de manera autónoma, intensificadas por la realización de actividad muscular.

Los músculos son los órganos por excelencia que consumen calorías en grandes cantidades cuando los mismos son estimulados a trabajar a través de su contracción y relajación en el ejercicio o en la práctica de un deporte.

El trastorno alimenticio más frecuente a nivel mundial lo constituye la obesidad. La misma se define como un exceso de tejido adiposo a nivel corporal.

Desde el punto de vista médico se puede diagnosticar si una persona padece de obesidad si tiene un índice de masa corporal (IMC) mayor a 30. Este valor está indicando que posee un exceso de peso, bajo el formato de tejido adiposo, en relación a su constitución corporal.

La obesidad es una enfermedad crónica, es decir, que hasta la actualidad no hay una cura definitiva. Esto no significa que la persona no pueda adelgazar y mejorar su estado de salud, quiere decir que siempre deberá tener en cuenta su tendencia a la obesidad para controlar su peso y evitar ir ganando grasa en algunos sectores del cuerpo.

A pesar de ser considerada una enfermedad crónica existen planes de tratamiento para adelgazar variados, dietas bajas en calorías, planes de ejercitación física y medicamentos que pueden contribuir a su combate.

La obesidad se considera una enfermedad multifactorial, no habiendo un solo factor que determine su sola aparición. Por una parte se consideran que existen múltiples genes que influyen en el metabolismo energético de la persona.

Las variaciones genéticas son heredadas tantos de nuestros padres como abuelos, determinando una probabilidad mayor o menor de padecer obesidad. Tener algunas variantes genéticas no indica que vamos a tener la enfermedad, se hereda una mayor o menor probabilidad, pero que de forma exclusiva no determina la aparición de obesidad.

En el otro extremo se encuentran los factores ambientales, los cuales hacen referencias a los comportamientos con el entorno, que van desde la alimentación, los tipos de productos consumidos, estilos de consumo, hábitos adquiridos de actividad física así como tendencia al sedentarismo. Los factores ambientales influyen en la aparición de la obesidad, pero por sí solos no determinan su aparición, pero influyen tanto en su aparición como en su evolución.

Ninguno de los extremos de los factores actúan de forma aislada para que una persona en particular padezca de obesidad, influyen ambos en proporciones diferentes en cada uno. Además queda mucho por descubrir de otros factores que podrían intervenir en la patogenia de la obesidad.

El mecanismo para que una persona sea obesa se basa en un principio básico: se produce un exceso de calorías que conducen a que el cuerpo las vaya almacenando en tejido adiposo, comúnmente denomina grasa.

Es una ventaja evolutiva animal que todo el exceso de energía corporal sea almacenado para su posterior uso, especialmente en situaciones de escasez de alimentos, a esta situación natural las personas no estamos ajenas ni podemos controlarlo. El cuerpo almacenará todo sobrante de energía, esta premisa debe estar presente en todas las personas que buscan combatir la obesidad.

El exceso de calorías se puede producir por una ingesta excesiva de alimentos o de elección de aquellos que tienen muchas calorías, por un poco gasto por un estilo de vida extremadamente sedentario o por ambas causas combinadas.

La obesidad es una enfermedad compleja porque aumenta la incidencia de otras enfermedades como problemas cardíacos, diabetes, artrosis, colesterol alto, hipertensión arterial, aumentando el riesgo cardiovascular.

No hay que olvidar que las personas con obesidad sufren una elevada tasa de discriminación social, aspecto que habitualmente no es valorado como parte del problema que sufre cada persona. Por este motivo la medicina considera que deben realizarse estrategias de diagnóstico de las personas que padecen obesidad así como tratamientos individuales buscando la reducción de la grasa corporal.

La obesidad es considerada el problema actual de salud pública por la gran cantidad de personas que la padecen, incluyo han aumentado las cifras de niños que ya padecen obesidad. Este cambio a nivel social ha llevado a que se tomen algunas medidas por parte de los estados como forma de controlar los productos alimenticios en cuanto a su composición y balance energético.

Como primer paso la persona debe aceptar que tiene una enfermedad, aspecto esencial para lograr una adecuada adherencia a cualquier tratamiento propuesto por el médico. Solicitar ayuda al equipo médico es importante porque permite disponer de más elementos para el tratamiento de la obesidad.

 

Tratamientos

ejercicio y actividad físicaEl tratamiento de la obesidad se deberá realizar de forma individualizada indagando cuales de las causas están padeciendo la persona. En general, intervienen ambas causas: una alimentación excesiva con un estilo de vida sedentario, situaciones que debe ser percibida por la persona para comenzar un cambio de su conducta.

Todo tratamiento para la obesidad deberá tomar en cuenta tres aspectos si busca lograr el éxito, primeramente el diseño de una dieta adecuada baja en calorías que contribuya a disminuir el aporte energía al organismo. La dieta debe evitar el consumo de alimentos con una elevada proporción de grasas, preferir productos sin aditivos, consumir frutas y verduras diariamente, evitar el consumo de refrescos u otro tipo de bebidas con azúcar.

Un buen tratamiento de la obesidad no debe olvidar nunca la actividad física, que permite que a través de la contracción muscular producida por el ejercicio aeróbico se quemen calorías, contribuyendo a la degradación de tejido graso.

Como tercer aspecto se encuentran los hábitos alimenticios, los cuales deben ir modificándose progresivamente, con ayuda del equipo de profesionales de la salud, para lograr un cambio lo más duradero posible.

Se recomienda la práctica de ejercicios físico aeróbico que aumenta el ritmo cardiovascular contribuyendo al trabajo de muchos grupos musculares, que también contribuye a combatir muchas otras enfermedades.

La actividad física además de la quema de grasa permite restablecer el equilibrio energético corporal permitiendo un adelgazamiento más suave y beneficioso para la salud. Se puede realizar todo tipo de ejercicio físico o la práctica de un deporte que la persona disfrute, porque de esta manera se consigue una mejor adherencia a su realización. Son recomendables aquellos deportes que implican una participación grupal favoreciendo la motivación evitando el abandono en el corto plazo.

Si se realiza un plan de adelgazamiento intenso pero la persona con obesidad no modificó sus hábitos de alimentación habituales al finalizarlo seguramente recupere los kilos perdidos en poco tiempo e incluso gane algunos extras.

En algunos casos muy seleccionados de obesidad excesiva se puede plantear la realización de una cirugía bariática como último recurso para bajar de peso de forma definitiva. La misma consiste en la reducción del volumen del estómago como forma de disminuir la ingesta de calorías a través de la alimentación desmedida.

Hay que adelgazar de forma progresiva, la pérdida de muchos kilos de peso en poco tiempo atentan contra la salud, incluso dificultando el posterior descenso. Se recomienda la disminución máxima de un kilo semanal durante los primeros meses de tratamiento. Las recaídas, con abandono de las dietas o el incremento de peso temporal son completamente esperables y forman parte de todo de tratamiento de la obesidad.

Existen algunos tratamientos con el uso de medicamentos para la obesidad, que producen que se absorba una menor proporción de grasa de los alimentos consumidos. Los mismos son eficaces solo en algunas personas con obesidad porque deben cumplirse ciertos requisitos para su administración además de producir numerosos efectos adversos.

La obesidad es un problema muy frecuente, que requiere que la persona inicie un plan de tratamiento en conjunto con su médico de confianza y el apoyo de su familia. De esta forma podrá disminuir el riesgo de padecer múltiples enfermedades, podrá mejorar su relacionamiento social y mejorar su calidad de vida a largo plazo.

Puedes conocer más sobre información en el artículo: remedios caseros para adelgazar.

 

Vídeos

Vídeo sobre «La Ciencia de la obesidad» de National Geographic Channel

Vídeo documental sobre «la obesidad en Murcia»

 

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