Cáncer de hígado


cáncer de hígado
Al igual que todos los animales deben consumir alimentos de forma diaria como forma de ingerir nutrientes que nos permitirán obtener energía y sustancias metabólicas. La comida ingerida sufre un proceso de descomposición a lo largo del aparato digestivo, obteniendo sustancias muy pequeñas, las cuales pueden ser utilizadas por los distintos órganos y tejidos del cuerpo para la formación de más células y la obtención de energía.

Nuestro cuerpo, al igual que el de todos los seres vivos necesitamos materia y energía del medio en el que vivimos. El aparato digestivo está compuesto por varios órganos que permiten obtener el máximo rendimiento energético, uno de los órganos destacados es el hígado.

 

El hígado

El hígado es la glándula más grande del cuerpo, que tiene múltiples funciones esenciales para nuestra supervivencia, no es posible vivir sin dicho órgano. Por una parte, se encarga de producir bilis, que cumple un rol en la digestión de los alimentos en el duodeno, la primera porción del intestino delgado luego del estómago. La bilis es producido por los hepatocitos, que son las células que componen al hígado, la misma se almacena en la vesícula biliar, ubicada fuera del órgano y debajo del mismo.

La otra función del órgano es que a través del mismo atraviesan la mayoría de las sustancias absorbidas en el intestino, realizando modificaciones en las mismas, almacenamiento y filtrado de las mismas. Cumple un rol primordial en el metabolismo de múltiples sustancias, en donde el hígado es el conductor. También se encarga de filtrar la sangre permitiendo eliminar algunas sustancias, medicamentos e inclusos toxinas a través de la bilis.

No hay duda en la importancia del hígado como órgano esencial del cuerpo humano, pero al igual como el resto existe la posibilidad de que sufra la aparición de un cáncer hepático.

 

El hígado y sus variedades de cáncer

El hígado se encuentra en el abdomen, debajo del pulmón derecho. Existen dos variedades de cáncer que se originan en el hígado: carcinoma hepatocelular o colangiocarcinoma.

Es importante comprender que el hígado es un lugar frecuente de aparición de tumores, que en muchos casos son metástasis de otras localizaciones. El hígado suele presentar esta característica por su función de filtro que realiza en la sangre, frente a la presencia de células cancerosas circulando por la sangre las mismas pueden ser depositadas en las células hepáticas.

Solamente algunos tumores hepáticos se originan directamente y primariamente en dicho órgano, siendo el más frecuentemente el carcinoma hepatocelular (o hepatocarcinoma).

El colangiocarcinoma se produce en los conductos que salen del hígado por donde discurre la bilis hasta su liberación dentro del intestino delgado. Dicho tipo tiene una frecuencia entre el 10 a 20% de los cánceres hepáticos primarios.

El cáncer de hígado es más frecuente su aparición en hombres, siendo más habitual en los mayores de 50 años de edad. Todas las sustancias absorbidas en el intestino pasan a través del hígado, estando expuesto a innumerables sustancias, medicamentos e incluso productos tóxicos. Uno de los productos más tóxicos para el hígado, que socialmente se consume es el alcohol.

 

Causas en el cáncer de hígado

copa con alcoholLas personas que consumen bebidas alcohólicas, tienen afectación, en mayor o menor medida, del funcionamiento hepático. El alcoholismo es una enfermedad incrementa notablemente el riesgo de tener cirrosis hepática con el paso de los años así como de llegar a padecer de un cáncer.

medicamentos y pastillasEl consumo de algunos medicamentos puede ser causa de daño hepático, al igual que enfermedades autoinmunes. La hepatitis autoinmune, un trastorno poco frecuente pero que se caracteriza porque el sistema inmune del propio paciente ataca las células hepáticas denominadas hepatocitos.

hepatitisExisten varios tipos de hepatitis que se caracterizan por la afectación por parte de distintos virus al hígado, especialmente la hepatitis B y C son las que afectan en mayor medida a las células hepáticas. La hepatitis B o C son enfermedades virales crónicas, que no existe cura en la actualidad, produciendo un daño hepático lento pero mantenido en el tiempo en varios de los pacientes que la padecen con riesgo incrementado de cáncer de hígado.

Las distintas causas de agresión al hígado determinan una debilidad del mismo tanto en su estructura como en su funcionamiento, apareciendo la cirrosis, que se denomina al funcionamiento inadecuado del hígado y su cicatrización posterior. Una vez que el hígado se encuentra cirrótico no existe posibilidad de reversión de la situación. En varios pacientes que tienen cirrosis y/ hepatitis B o C aparece el cáncer de hígado.

Existen algunas enfermedades raras y muy poco frecuentes que también incrementan el riesgo de padecer un tumor de hígado como lo es la hemocromatosis. Los síntomas son variables y suelen pasar muy desapercibidos para pensar en la aparición de un tumor hepático. Los pacientes suelen asociar muchos de los síntomas a los que presenta la cirrosis o la presencia de hepatitis.

 

Síntomas y diagnóstico del cáncer de hígado

Los síntomas del cáncer de hígado suelen aparecer como dolores y molestias a nivel abdominal del lado derecho, aumento del tamaño del abdomen y la aparición de una coloración amarillenta de la piel. Las alteraciones de la piel, del tránsito digestivo así como la formación de hematomas fáciles son otros elementos que pueden aparecer en caso de un tumor hepático. Varios pacientes llegan al diagnóstico de la enfermedad con un cuadro con escasos o nulos síntomas específicos, estando casi asintomáticos.

Como en toda neoplasia, se produce un descontrol en la multiplicación de las células, en este caso, del hígado, que lleva a la formación de más células que no paran de multiplicarse, apareciendo una tumoración que aumenta de tamaño dentro del hígado. Esta situación se ve intensificada por la presencia de virus de la hepatitis B y C que hacen que los virus entren a los hepatocitos y sean atacados por nuestras propias defensas. El gran consumo de alcohol va produciendo un daño en los hepatocitos, que se multiplican para ser reemplazados aumentando el riesgo de aparición de mutaciones.

El médico deberá recabar una gran cantidad de datos en la historia clínica, desde el consumo de medicamentos, alcohol y la presencia de enfermedades previas. El examen físico de la persona suele ser normal en los primeros estadios del cáncer de hígado.

Los estudios paraclínicos consisten fundamentalmente en una ecografía abdominal, para visualizar todas las estructuras del hígado y del resto de los órganos abdominales. Permite descartar la presencia de nódulos hepáticos que pueden hacer sospechar la presencia de malignidad. En caso de dudas o frente a la necesidad de avanzar en el estudio para confirmar o descartar un diagnóstico de cáncer de hígado la tomografía computada de abdomen es de gran valor porque permite visualizar con mayor detalle anatómicos de todos los órganos abdominales. Para recabar información del funcionamiento del hígado el médico solicitará exámenes de sangre para medir las distintas enzimas hepáticas, sus niveles así como la presencia de elementos de alarma.

El diagnóstico de cáncer de hígado puede requerir en algunos pacientes estudios particulares, como una biopsia hepática, que consiste en tomar un trozo pequeño de tejido hepático para que sea mirado en el microscopio como forma de buscar células cancerosas. La biopsia es un estudio invasivo pero esencial para confirmar que una tumoración hepática pueda ser maligna.

La búsqueda en sangre de marcadores tumorales o la realización de resonancia nuclear magnética pueden ser necesarias en algunos pacientes en particular para un correcto diagnóstico y posterior tratamiento.

 

Tratamiento en el cáncer de hígado

Luego de confirmado el diagnóstico de cáncer hepático se deberá realizar una valoración integral del paciente para lograr estadificar, es decir, si el mismo está avanzado o no, tanto por el compromiso local fuera del hígado como la afectación de otros órganos alejados.

Los tratamientos del cáncer de hígado no son prometedores, se deberán valorar en cada situación en particular con el paciente y su familia, valorando los riesgos, posibles complicaciones y calidad de vida futura. El hígado es un órgano esencial del cuerpo, no podemos vivir sin él, razón que limita la terapéutica para la resolución del problema.

En caso de tumores de hígado de pequeño puede existir la posibilidad de extracción quirúrgica dependiendo de su localización anatómica dentro del hígado. En caso de metástasis a distancia sólo existen tratamientos paliativos como forma de mejorar la calidad de vida del paciente. Incluso hay algún medicamento como forma de mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer de hígado que no tienen criterios de resolución quirúrgica.

El trasplante de hígado es una opción para un reducido número de pacientes que padecen el problema, siendo difícil de llevar a cabo desde el punto de vista técnico y no exento de múltiples complicaciones.

 

Prevención del cáncer de hígado

Entre las recomendaciones para la prevención del cáncer de hígado se encuentra no consumir alcohol en exceso, tomar sólo medicamentos recetados por un profesional en las dosis indicadas. Evitar el contagio de hepatitis B, recibiendo una vacuna preventiva, obligatoria en varios países. La prevención en el cáncer de hígado es fundamental como forma de disminuir su incidencia y su alta mortalidad.

 

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