¿Cómo evitar que tu bebé sufra de anemia?


madre amamanta bebé
La anemia es una preocupación constante de las madres hacia sus hijos. Esta preocupación no es un sinsentido amplio. Casi el 50% de los niños menores de 3 años tiene esta enfermedad. ¿Por qué esto sucede?

La anemia se define por la Organización Mundial de la salud (OMS) como la condición en que el contenido de hemoglobina en sangre es inferior al normal. La hemoglobina es una proteína muy importante que transporta el oxígeno necesario para el funcionamiento de todos los tejidos del cuerpo.

Hay varias causas de anemia, la deficiencia de hierro es responsable del 90% de anemia en niños y adolescentes. El hierro es un nutriente que su función es la fabricación de hemoglobinas.

La falta de este nutriente puede ocurrir en varias situaciones como por una gran pérdida de sangre (trauma o lesión) y una dieta baja en hierro, la causa principal.

La deficiencia de hierro durante el embarazo de la madre aumenta el número de nacimientos prematuros y bajo peso al nacer, sin embargo, la cantidad de hierro en el bebé al nacer no es influenciada por discapacidad de la madre, excepto en los casos de discapacidad materna muy grave.

La leche rica en hierro es recomendable hasta seis meses de la lactancia materna exclusivamente para satisfacer las necesidades del niño, que no requieren ningún tipo de complemento o introducción de alimentos sólidos.

Sin embargo, los niños que toman leche de vaca tienen un mayor riesgo de tener anemia. Leche de vaca contiene una pequeña cantidad de hierro, y esto se absorbe menos que el hierro de la leche materna.

Bebé prematuro. La atención debe redoblarse con un bebé prematuro ya que tuvo un bajo peso al nacer. Para su rápido crecimiento, la necesidad de hierro es más grande y la posibilidad de complementar este mineral es grande.

Niños de 6 a 24 meses, donde el crecimiento acelerado y desarrollo requieren una necesidad de hierro, tienden a desarrollar anemia. Aparte de crecimiento acelerado, la introducción de alimentos con deficiencia de hierro puede contribuir a la aparición de la enfermedad.

Después de 2 años, disminuye la tasa de anemia, sube en la adolescencia como consecuencia de la nueva ola de crecimiento y nutrición inadecuada.

El síntoma más común de anemia es palidez de las membranas mucosas, especialmente en las tapas de los ojos. Otros síntomas son fatiga, debilidad, falta de apetito, cansancio, sudar, sensación de mareos y desmayos, dificultad para respirar y falta de atención y apatía en la escuela.

La anemia afecta también lo físico, psicológico, cognitivo, motor y lenguaje.

Si los padres creen que su hijo tiene anemia, debe llevarlo al pediatra que le pedirá una prueba de sangre para diagnosticar la enfermedad. Si se demuestra la anemia, probablemente puede prescribir hierro por vía oral.

La mejor forma de prevención de la anemia es ser cuidadosa con la alimentación de los niños desde la introducción de alimentos distintos de la leche materna. Los alimentos ricos en hierro son la carne, pollo y pescado, yema de huevo, soja, frijoles, lentejas, guisantes, espinacas, brócoli, repollo y verduras con follaje más oscuro.
Absorción de hierro aumenta cuando se ingiere con ácido ascórbico o ácido cítrico que se encuentra en cítricos (naranja, cereza, limón). Algunos tipos de té inhiben la absorción del hierro, así como la leche de vaca.

Si se cae en deficiencia de hierro, la anemia puede tener otra causa y debe investigarse. Son causas de anemia, deficiencia en la producción de glóbulos rojos, enfermedades crónicas, enfermedades de los riñones, leucemia, pérdida de sangre, osteoporosis, enfermedades hereditarias (por ejemplo, talasemia y anemiafalciforme), enfermedades parasitarias (por ejemplo, el paludismo y la esquistosomiasis) y deficiencia de vitamina B12 o Cianocobalamina.

 

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