Cómo comunicarnos con paciente con Alzheimer en las tres fases de su enfermedad


comunicar mano y oreja
Queremos ampliar nuestra información sobre los cuidados a personas que padecen Alzheimer, por lo que continúo con un capítulo de los ‘Cuadernos prácticos sobre la enfermedad de Alzheimer y otras demencias‘, en este caso el manual del voluntario, que publican AFAL y Obra Social Caja Madrid. En este caso, quería completar un post que escribí en el que te contaba diferentes pautas o trucos para comunicarte con un enfermo de Alzheimer, porque tengo más datos que te pueden interesar. Retomo para ello el texto de la guía.

Durante todo el proceso de la enfermedad, el afectado de Alzheimer va a experimentar una serie de cambios y dificultades. Después de la pérdida de la memoria, uno de los problemas principales es el del lenguaje. La pérdida de capacidad de expresión con el lenguaje será de dos tipos o en dos aspectos: dificultad para expresarse y dificultad para entender a los demás, lo cual hará más difícil su proceso natural de comunicación con el entorno.

Nos podemos encontrar diferentes déficits de comunicación en el área del lenguaje, como:

Afasia: dificultad para expresarse y comprender.
Anomia: dificultad para reconocer y nombrar las cosas.

Esta progresiva incapacidad obliga a las personas de su entorno, como puede ser el caso de un voluntario, a tener que ir adaptándose y aprender nuevas técnicas o habilidades apropiadas para comunicarnos con el enfermo. En la medida en que logremos que pueda expresarse y hacernos entender nosotros de alguna forma, le ayudaremos tanto a reducir su ansiedad como a evitar posibles trastornos de conducta. Vamos a esquematizar los problemas que tiene el enfermo para comunicarse, según la fase de la enfermedad, y el modo en que podemos ayudarle facilitándole la comunicación:

PRIMERA FASE

1- Dificultad para encontrar la palabra adecuada en el lenguaje espontáneo. Ante esto, ¿cómo le ayudamos a comunicarse?

– Le ayudamos o decimos nosotros la palabra si vemos que no puede. Es mejor ayudarle, le resultará menos frustrante que dejarle luchar para encontrarla. Lo importante es que nos siga hablando.

2- Si tiene dificultad para seguir el hilo de la conversación…

– Incluirlo en la conversación para que no la rehuya, así evitaremos que se sienta desplazado.

SEGUNDA FASE

1- Empobrecimiento del lenguaje y vocabulario de uso cotidiano. ¿Cómo le ayudamos?

– Darle el tiempo que necesite para que se exprese y piense con toda tranquilidad.

2- Si utiliza un lenguaje muy reiterativo…

– Seremos pacientes y comprensivos en todo momento, le proporcionaremos otra palabra para que la recoja y le llevaremos después hacia otro tema.

3- Uso de palabras inventadas para describir algo que ya no recuerda.

– Le ayudamos a expresarse proponiéndole ejemplos, pero evitando provocarle una frustración innecesaria.

4- Cuando tenga dificultad para organizar las palabras con un orden lógico.

– Tener imaginación para comprender lo que nos quiere decir. Para ello tenemos que ser sutiles y observadores (fijarnos en sus gestos). Asimismo, es conveniente pedir información a su cuidador. Le proporcionaremos frases breves y sencillas. Su capacidad de comprensión está disminuyendo, de ahí que cuanto más sencilla sea la frase, más probabilidad de entendimiento exista; sobre todo, acompañaremos nuestras palabras con gestos para reforzarlas.

5- Cuando utilice un lenguaje extremadamente sencillo…

– Centrarse en los sentimientos que quiere expresar y no en los hechos o las palabras que dice, ya que las emociones son más importantes.

– Animarle a comunicarse de forma no verbal, ya que le será más fácil.

TERCERA FASE

1- Si sus respuestas son muy limitadas y escasísimas las palabras…

– Si vemos que es capaz de decir “sí” o “no”, podemos hacerle preguntas de tipo cerrado para seguir manteniendo alguna comunicación. Le miraremos fijamente a los ojos con muestra de cariño y una sonrisa, le daremos apuntes visuales para que señale o toque las cosas de las que le estamos hablando.

– Utilizaremos la comunicación no verbal en todo momento: cogerle de la mano cuando intente decirnos algo, acariciarle la cabeza, etc. El contacto físico, como el cariño, el tacto y la sonrisa serán nuestras herramientas de comunicación con el enfermo en esta fase.

Hasta aquí los consejos de hoy. Continuaremos la semana que viene con más indicaciones. Esperamos que os sea útil, ya vemos por los comentarios que nos hacéis que os suele servir. Esperamos que así sea…

Fuente: cuidado Alzheimer

 

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