Caminar es bueno para la salud cardiovascular, las articulaciones e incluso para el humor. Eso forma parte ya de la cultura general. Sin embargo, caminar al menos nueve kilómetros a la semana de forma disciplinada podría evitar además que el cerebro se encoja y limitar el desarrollo de demencia senil.
Las caminatas contribuyen a construir el volumen del cerebro y es precisamente la pérdida de ese volumen, la muerte de las células cerebrales, lo que es provocado por la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia, que afecta a cerca de 650 mil personas en España de acuerdo con la Fundación Alzheimer España.
Kirk Ericsson y su equipo de la Universidad de Pittsburg estudiaron a casi 300 personas que mantenían un registro de cuánto caminaban cada semana. Nueve años más tarde, tomaron escáneres cerebrales para medir el volumen cerebral de estas personas y después de cuatro años más les hicieron una prueba para ver si alguien tenía deterioro cognitivo o demencia.
Los resultados indicaron que aquellas personas que caminaban al menos nueve kilómetros tenían menos contracción del cerebro relacionada con la edad que aquellos que caminaban menos.
Citados por Reuters, los científicos dijeron que son necesarios más estudios sobre los efectos del ejercicio en la demencia, pero que ante la ausencia de tratamientos efectivos para la enfermedad de Alzheimer, caminar puede ser útil.
Reuters
Fuente: ecologíaBlog