Según un estudio experimental publicado en la Journal of Neuroscience, la estimulación cerebral profunda (ECP) podría producir nuevas células en el cerebro.
El doctor Paul Frankland del Hospital Sickkids de Canadá, principal autor del estudio, observó que la aplicación de una hora de estimulación eléctrica de la corteza entorrinal (región que comunica con el hipocampo), duplicaba el nacimiento de nuevas células en esa área. El efecto del nacimientos de estas células sólo duró una semana, pero las células producidas se desarrollaron con normalidad y establecieron conexiones con otras neuronas cercanas.
Después de seis semanas de realizar las pruebas, los investigadores analizaron si estas nuevas células obtenidas produjeron cambios en la memoria. Se hicieron pruebas entre las personas que recibieron el tratamiento con ECP y los que no la recibieron. Los que recibieron ECP mostraron una mayor destreza a la hora de realizar determinadas tareas que sugerían la estimulación de la corteza entorrinal.
El estudio abre una vía para nuevas investigaciones y pruebas con la ECP para tratar entre otras enfermedades, el Parkinson, personas con trastornos de memoria y mejorar el deterioro cognitivo de personas con demencia o Alzheimer.