Nosotros mismos y principalmente nuestros hijos, estamos expuestos a sufrir alguna vez algún tipo de corte con objetos afilados muy comunes como son las latas, vidrio o cuchillos.
Normalmente la herida suele sólo afectar a la piel, pero a veces el corte puede ser más profundo afectando a vasos arteriales, músculos, tendones o nervios.
Consejos a seguir en caso de una herida cortante
– Cuando la herida es pequeña se limpia con agua y jabón; lavar la herida aunque sangre bajo el chorro de agua, lo ideal es usar un jabón neutro debido a que es menos irritante. Luego basta cubrirla con una gasa estéril o paño limpio y presionarla en sentido de juntar su bordes durante unos minutos para detener el sangrado.
– Cuando la herida es profunda y sangra mucho, cúbrala con una gasa estéril, presionando con un vendaje, y acuda al servicio médico, ya que probablemente necesite sutura.