Un humidificador es una de esas cosas que no deben faltar en los hogares donde, sobre todo, hay bebés y niños. Los más pequeños en el invierno suelen acatarrarse y, por lo general, tanto su nariz como la garganta se les reseca.
En los bebés la situación se complica ya que ellos, por sí solos, no pueden descargar sus vías respiratorias y de ahí que la sequedad sea mayor. En estas situaciones un humidificador es el aliado ideal. En el mercado hay muchas opciones que habrá que sopesar y para ello será bueno pedir consejo al farmacéutico, ellos nos indicarán, según con quién lo vamos a utilizar y cómo, cuál es nuestra mejor opción.
Un condicionante muy importante a la hora de comprar uno u otro será si lo queremos para descongestionar la nariz para lo cual compraremos uno que emita vapor caliente, o si lo queremos para tratar inflamación de las vías respiratorias con lo que será vapor frío. Además muchos de ellos llevan un pequeño habitáculo donde depositaremos unas pequeñas gotas de eucaliptus, un buen descongestivo, aunque tendremos que tener cuidado si lo vamos a colocar en la habitación de un bebé.
Por último hay que saber que el uso de estos aparatos está desaconsejado en bebés y niños que padezcan asma o que tengan algún tipo de alergia. También necesitan un mantenimiento adecuado donde es necesario limpiarlo frecuentemente con un cepillo en el depósito interior dado que se depositan partículas contaminantes y también pueden contener microorganismos.
Un truquito casero es que muchas veces con la colocación en un rincón de la habitación de un recipiente bastante ancho, tipo palangana, lleno de agua, puede servir para producir una humidificación correcta si el ambiente es muy seco.
Que gran diferencia desde que puse el humidificador, antes mi nene hacia ruiditos al dormir como si roncara y se despertaba a menudo, desde que lo puse duerme el y duermo yo