La insuficiencia cardiaca es la primera causa de hospitalización en mayores de 65 años en España y una enfermedad que ocasiona el 5 por ciento de los ingresos sanitarios. Ayer, en el congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna que se desarrolla estos días en el Auditorio de Oviedo se dio a conocer la trascendencia médica de la hipertensión nocturna y su vinculación con la insuficiencia cardiaca. La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de presión sanguínea en las arterias, y la hipertensión nocturna es una complicación frecuente.
El doctor Francesc Formiga mostró resultados recientes según los cuales «uno de cada cuatro pacientes sanos es hipertenso cuando no los estamos viendo, es decir, padece hipertensión nocturna». Según Formiga, coordinador del grupo de trabajo de insuficiencia cardiaca de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), se trata de un factor que habría que resolver para evitar las muertes originadas por este tipo de hipertensión. El especialista adelantó la necesidad de realizar un seguimiento de un año a este tipo de enfermos para ver cómo influye en la insuficiencia cardiaca.
En España, al igual que en otros países desarrollados, la insuficiencia cardiaca es un síndrome muy prevalente, cuya incidencia aumenta especialmente a partir de los 70 años. Se trata, por tanto, de un trastorno progresivo y con gran mortalidad aunque el paciente reciba el tratamiento adecuado. La supervivencia es de alrededor del 50% a los cinco años del diagnóstico, una cifra peor que la que ocasionan algunos tipos de cáncer. Es la tercera causa de muerte cardiovascular en España, por detrás de la cardiopatía isquémica y la enfermedad cerebrovascular. La incorporación de nuevos fármacos al tratamiento «está consiguiendo reducir la mortalidad», según los expertos.
Otro de los principales diagnósticos en medicina interna es la fibrilación auricular. Es una arritmia mantenida que origina una notable morbilidad en forma de ictus, tromboembolia, insuficiencia cardiaca y deterioro de la calidad de vida. Los internistas plantean una atención transversal al paciente que se fije en los factores de riesgo (hipertensión, diabetes, colesterol) para conseguir frenar el aumento de la insuficiencia cardiaca. También se refieren a los nuevos tratamientos, entre los que figura un tipo de marcapasos que puede sustituir con más eficacia a los fármacos.
El doctor Lucio Pallarés se centró en las estrategias que se están planteando para el tratamiento de las enfermedades autoinmunes sistémicas. «Los nuevos conocimientos clínicos y terapéuticos han conseguido que el 95 por ciento de estos pacientes sobreviva a los 15 o 20 años. La supervivencia es similar a la de la población general». También se aconseja buscar un equilibrio entre el beneficio del tratamiento y la calidad de vida, algo que es posible conseguir evitando el daño asociado al tratamiento. «Tenemos que mantener esos resultados con menos efectos secundarios.
Fuente: lne
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