La periodista británica Andrea Gillies decidió dejarlo todo para cuidar de su suegra Nancy, diagnosticada de Alzheimer, en una casa al norte de Escocia. Toda una lección de humanidad. Durante ese tiempo, le ayudó a sobrevivir la escritura de “Las amapolas del olvido” un conmovedor testimonio sobre el cuidado de nuestros seres queridos.
Andrea Gillies nos cuenta, en primera persona, el extraordinario amor y dedicación de ella hacia su suegra cuando le diagnosticaron Alzhéimer. Nos cuenta sus quehaceres diarios con ella, su día a día, para que comprendamos este tipo de dolencia y sobre todo, aprendamos a querer y respetar a quienes, por desgracia, lo padecen. Toda una lección de cariño, respeto y humanidad.
Somos lo que recordamos. Nuestra memoria es nuestra identidad y sin ella no somos nadie.
LAS AMAPOLAS DEL OLVIDO, de ANDREA GILLIES
Editor: Temas de hoy
Fecha de publicación: 24/05/2011 384 páginas
ISBN: 978-84-8460-979-7
Colección: En primera persona
Maria Rosa, no he experimentado lo que cuentas, pero tengo con mis padres una situación parecida. Ambos cerca de cumplir 80 años, mi padre lleva casi 22 años con una enfermedad mental degenerativa, lenta pero sin pausa… Mi madre se ve últimamente con muchas dificultades para atenderle físicamente, también le duele el cuerpo… Gracias a que le dieron plaza en un centro de día puede descansar y desconectar varias horas diarias, pero la movilidad de mi padre cada vez es menor, y cuando llega a casa para mi madre es un esfuerzo tremendo, a pesar de que lo hace con todo el amor del mundo.
Temo el día que le concedan plaza en la residencia que ya está solicitada, mi padre todavía sabe dónde está y quiénes somos. Me da miedo ver esa cara de tristeza de la que hablas.., en los dos, porque para mi madre también será durísimo… lo sé. Razonamos que necesita asistencia especializada, y más gente alrededor que le atienda y le cuide, pero no sé cómo reaccionará él. Está muy acostumbrado a mi madre.
Hubo un tiempo que hubo que ingresarlo en un centro psiquiátrico, y se me quedó grabada en la memoria el día que fui a verle, acompañado de gente como «perdida»… y cómo al despedirnos se quedó detrás de la alambrada, no podía salir aunque quisiera. Tendría alrededor de 15 años, lloré mucho.
Las enfermedades de tipo mental, en las que la persona pierde su autonomía, su memoria, su capacidad de razonar y relacionarse,… necesitan ser tratadas con cariño, paciencia, dedicación… deberían ser muy castigadas las personas que maltratan. Qué impotencia.
Maria Rosa. Siempre puedes denunciarlo. Es verdad que en estos paises latinos e incluso tambien los de otras latitudes, estas denuncias quedan en papel, pero QUEDAN. El registro y la sumatoria de muchas denuncias, podria hacer la diferencia para que esta situación no se prolongue y acabe algun día, con el castigo a los responsables del maltrato. Internet, y en especial, las redes sociales, son una excelente via para comunicar las cosas mal hechas. No dejes de comentarlo y denunciarlo. En Venezuela somos expertos en denunciar las cosas mal hechas, principalmente las del actual gobierno, y si bien, no se logra mucho, por lo menos se reprimen un poco en hacer tan descaradamente el daño. La diferencia siempre se da cuando se conoce lo malo. Lamento lo de tu padre. MC.
Hola buenos días, quisiera saber si en argentina puedo conseguir el libro «amapolas del olvido».
desde ya muchas gracias
Por favor quisiera que me borraran mis dos comentarios sobre la enfermedad de mi padre y su estadia en el geriatrico gracias
gracias ,tratarehacer de mí una persona serena dentro de mi propia turbulencia, ya que tengo una familia, mi madre y una hrmana con problemas serios de salud. Espero que Dios me de fuerza, para no cometer los mismos errores