Aunque es un detalle que generalmente se pase por alto, la iluminación en el cuarto del bebé es realmente importante. Esta habitación debe convertirse en un espacio ideal para el niño por lo que tanto los muebles, la decoración y la luz deben ser las indicadas para él. Es aquí donde el bebé dormirá y descansará, por lo que la iluminación del cuarto debe ser una luz muy suave y tenue que no afecte su tranquilidad, ni le cause nervios o temor. Hay que aprovechar la luz natural lo máximo posible, por este motivo es aconsejable que las cortinas sean en tonos claros y translucidas.
La edad del niño es fundamental para saber qué tipo de iluminación es la indicada para él, si se trata de un bebé que todavía no se desplaza solo entonces se pueden colocar lámparas o luces de pie. Pero en caso de ser un niño más grande de 2 – 3 años, ya debes retirar todas las fuentes de energía que estén a su alcance, por lo que las lámparas de techo o de paredes altas son las más recomendadas, así también una luz piloto por si se despierta por las noches. Importantísimo no dejar ningún cable al alcance del bebé.
Además, ten en cuenta que algunas lámparas incandescentes provocan demasiado calor, esto podría romper con el ambiente de tranquilad del niño y hasta tener alguna reacción en su piel, es aconsejable evitar las lámparas halógenas y tubos fluorescentes. Las lámparas LED son las más indicadas ya que son frías y tienen una luz blanca que tampoco afectará a la vista.
En las casas de decoración para habitaciones de bebé encontrarás muchas lámparas bonitas que además de luz, emiten sonidos pasivos que hacen que el bebé concilie el sueño más rápido.
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