La diabetes es como un tsunami y la ola aún no llegó a lo más alto


olasEl rumor del mar en Salvador de Bahía es encantador e invita a dos salidas posibles: pensar en nada o reflexionar sobre todo. En lo segundo están los asistentes a la Cumbre para la Diabetes de América latina, que arrancó ayer y se anticipa como un gran llamado de atención sobre el flagelo de esa enfermedad crónica, que sólo en la Argentina afecta a dos millones y medio de personas.

Pierre Lefèbvre, director de la Fundación Mundial para la Diabetes (WDF, según sus siglas en inglés), es el gran anfitrión de esta serie de reuniones que cuenta con médicos, epidemiólogos y expertos sanitaristas de 34 países. Pelo al viento, de espaldas a ese mar que habla, es categórico: “La situación de la diabetes en el mundo es preocupante: es como un tsunami, y la ola todavía no llegó a lo más alto”. Entrevistado por Clarín, Lefèbvre cuenta las razones de este avance no inesperado, pero peligroso, especialmente para países como el nuestro, donde los hábitos de alimentación y de actividad física (dos de sus factores de riesgo) no son los más saludables.

¿Qué pasó o está pasando para que la diabetes haya crecido así?

Algunos datos son categóricos. En 1985 había 30 millones de diabéticos, ahora hay más de 230 millones. Es decir, en apenas una generación aumentaron más de siete veces los casos, pero yo no quiero hacer sólo hincapié en lo estadístico. Ese número también significa que cada vez hay más probabilidades de que una familia tenga un integrante diabético. Lo que ocurre es que está aumentando el sedentarismo en el mundo, y también la mala nutrición, y eso influye mucho para la aparición de la diabetes tipo 2 (que abarca el 90% de los casos dentro de esta enfermedad).

Pero el hombre es más sedentario desde que dejó de ser cazador, ¿por qué ahora se sufre más ese cambio de hábitos?

Es que ahora la tecnología, que es de aparición reciente en la historia de la humanidad, nos cambió la vida. Los adultos caminan menos porque es más fácil subirse a un auto; los chicos elige más estar conectados a la computadora que hacer ejercicio al aire libre. Y el poder económico lo domina todo y puede imponer, por ejemplo, que se consuman más snacks que alimentos nutritivos. Si una persona tiene predisposición genética a padecer diabetes, probablemente la desarrolle por influjo de esos dos factores.

¿Entonces la batalla está perdida?

Bueno, no quiero ser pesimista. Pero es importante que cada persona tome conciencia del riesgo de esta enfermedad (la diabetes tipo 2 puede aparecer después de los 40 años) y que las autoridades sanitarias de cada país hagan los esfuerzos necesarios para la prevención y para que los tratamientos lleguen a todos.

¿El páncreas artificial y las posibles terapias con células madre son una esperanza en medio de este panorama?

El páncreas artificial es un dispositivo externo que está en una etapa muy experimental. Creo que las células madre tienen más chances, pero sus investigaciones también están en un estadío inicial. Lo mejor es prevenir, y acudir al médico para controlar los niveles de glucosa.

Fuente: clarin

 

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