Implementan nuevo sistema de estimulación eléctrica para enfermos de Parkinson


estimulacion cerebral profunda
El Hospital Universitario Central de Asturias se ha convertido en el primer centro sanitario de España en implantar el nuevo sistema de estimulación eléctrica para pacientes de que sufren de Parkinson.

El sistema consiste en un innovador dispositivo de neuroestimulación diseñado para enviar impulsos eléctricos a las zonas específicas del cerebro donde el paciente lo requiera, lo que supone un importante avance en la terapia contra el Parkinson. A su vez, se trata de una forma más avanzada, central y adaptable de la Estimulación Cerebral, que trabaja mediante la estimulación eléctrica de las estructuras del cerebro, responsables de controlar el movimiento y las funciones musculares.

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta a 2 millones de europeos y de 7 a 10 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Fundación de la Enfermedad de Parkinson.

Las operaciones de control del párkinson comenzaron en la década de los noventa. El actual programa en evaluación incluye la inserción dentro del cerebro del paciente de un sofisticado electrodo con ocho contactos de platino e iridio, asociado a una pequeña batería que se instala en el tórax -algo parecido a un marcapasos- y que tiene una vida larga de no menos de quince años y se puede recargar en casa. El electrodo, a simple vista, no deja de parecer un mínimo alambre flexible que, instalado milimétricamente en el punto del cerebro donde se ubica el problema, tendrá un papel fundamental en su solución.

Hasta la fecha los electrodos que se instalan en los cerebros de los enfermos de párkinson disponen tan sólo de cuatro placas o contactos. El estimulador al que queda conectado se programa mediante telemetría y es una batería que ahora sólo dura unos cinco años. El avance es significativo.

La Estimulación Cerebral Profunda consiste en la implantación quirúrgica de un electrodo con ocho polos minúsculos en el cerebro y es conectado mediante una extensión que va por debajo de la piel a un estimulador implantado en el pecho o en el abdomen del paciente. La electricidad aplicada se focaliza y ajusta a las diferentes estructuras cerebrales, pudiendo controlar el campo eléctrico de forma más precisa y eficiente. Poco tiempo después de la cirugía el paciente vuelve a ver a su médico para empezar con la programación inicial del neuroestimulador; de esta forma, se optimiza el control de los síntomas de la enfermedad para minimizar los efectos secundarios.

Otra de las ventajas que ofrece este sistema es la reducción del coste sanitario, ya que la batería de éste ofrece una estimación de duración superior a los sistemas convencionales, disminuyendo las cirugías de recambio a lo largo de la vida del paciente y el número de neuroestimuladores. Esto se añade al hecho que los pacientes con Parkinson pueden ver reducida la medicación requerida para controlar su enfermedad con este tipo de terapia.

Fuente: portal unidos contra el parkinson

 

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