El cuidado de una persona con Alzheimer puede suponer en algunos países europeos entre el 10 y el 25 por ciento de los ingresos netos anuales de una familia, según datos de las encuestas realizadas por la Fundación Alzheimer España como parte del estudio ‘La enfermedad de Alzheimer en la vida real’, elaborado por Alzheimer Europe en cinco países europeos, en colaboración con Lundbeck.
Este importante coste económico viene derivado de los honorarios médicos extraordinarios, costes del cuidado y la pérdida de ingresos tanto del cuidador como de la persona con demencia.
Además, el estudio muestra que el 42 por ciento de los cuidadores de pacientes con demencia, en su mayoría familiares directos, dedican más de 10 horas a esta labor que recae, principalmente, en el caso de las mujeres (63%).
La encuesta muestra que en la mitad de los casos el cuidador reside con el paciente, mayor de 65 años en el 84 por ciento de los casos, y con un grado de demencia de moderado a severo en el 77 por ciento de los enfermos.
Igualmente, más de la mitad de los cuidadores españoles se ocupan de uno de sus padres y un tercio lo hace de su esposo o pareja, quienes padecen la enfermedad de Alzheimer (EA) en el 83 por ciento de los casos. Igualmente, cerca de un tercio (31%) de los cuidadores está jubilado y el 41 por ciento está empleado a tiempo completo.
Entre los principales motivos por los que los enfermos o familiares solicitan ayuda profesional se encuentran la presencia de alteraciones cognitivas (92%), trastornos de la conducta (73%) y dificultades en la realización de las actividades de la vida diaria (71%).
Según esta encuesta europea, los cuidadores españoles son los más insatisfechos con la información recibida (2,7 puntos sobre una escala de 5) y el 78 por ciento hubiera deseado obtener mayor información sobre los servicios disponibles.
Para el doctor Jorge Matías-Guiu, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos «la información es la razón de ser de las unidades específicas de esta enfermedad. Es una parte del tratamiento que debe ir administrándose a medida que la patología evoluciona. La insatisfacción de muchos familiares se produce porque se sienten solos ante la enfermedad, y ello implica que no obtienen del sistema sanitario aquello que necesitan».
En esta línea, el doctor se ha referido al denominado ‘síndrome del cuidador’, por el que los cuidadores desarrollan enfermedades físicas y psicológicas en mayor medida que el resto de la población, presentado mayores niveles de ansiedad y depresión. El especialista ha afirmado que este síndrome es mayor en los cuidadores informales (familiares) que en los formales (profesionales).
En su opinión, «más que una situación relacionada se trata de otra enfermedad, con una causa específica -el hecho de ser cuidador- y con una clínica específica, que debe ser prevenida y tratada, y cuando se diagnostica un paciente de Alzheimer debe realizarse ya la prevención del cuidador si es informal».
Igualmente, la encuesta confirma que el síntoma más frecuente que lleva a los pacientes o cuidadores a buscar ayuda profesional es la pérdida de memoria o confusión, citado por el 81 por ciento de todos los encuestados.
Por otro lado, el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, el doctor Pedro Gil, ha advertido de que «es imperiosa la puesta en marcha de un Plan Nacional de Alzheimer», opinión que comparte Matías-Guiu, que ha señalado que sería bueno tener una «estrategia nacional de las enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el Alzheimer, en el sistema nacional de salud, al igual que hay en la cardiopatía isquémica, el cáncer o el ictus».
Actualmente, se estima que en España existen entre 600.000 y 800.000 enfermos de Alzheimer, cifra que llegaría hasta un millón si se contempla al cuidador informal como segundo paciente de la enfermedad.
Al tratarse de una enfermedad que aumenta con la edad, se prevé que España se convierta en el país europeo con mayor número de enfermos en los próximos años, al ser el país más longevo de su entorno.
Fuente: canarias7
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