Jugar a fútbol, básquet, ir en bici, bailar, correr, o cualquier tipo de deporte, ya sea en equipo o individual, no sólo es un juego o maneras de liberar energía, sino que forma parte de su educación.
El deporte también representa una manera de educar a los más pequeños de la casa, donde mediante el juego aprenden a respetarse los unos a los otros y a superarse a sí mismos. Si a un niño se le diagnostica diabetes podríamos empezar a pensar en las consecuencias de la diabetes infantil en la escuela: ¿Debe reducir su nivel de ejercicio o cambiar de actividad extraescolar? ¿Dejaremos que en la clase de educación física haga lo mismo que otros niños o reportaremos al profesor de que tiene diabetes?
El ejercicio produce un efecto beneficioso sobre la población general y en particular sobre las personas con diabetes. Actualmente la práctica regular de ejercicio físico, juntamente con una alimentación equilibrada y una dosis adecuada de insulina, constituirán los puntos clave para mantener y asegurar un buen control de la diabetes. Se recomienda un mínimo de 30 minutos de ejercicio en niños y adolescentes, donde los niños con diabetes deberán superar este tiempo de actividad.
«Una correcta y regular actividad física disminuye los niveles de glucosa en sangre durante la realización del ejercicio y las siguientes horas, bajando así los requerimientos de insulina para este intervalo»
Aun teniendo en cuenta todos los efectos beneficiosos del ejercicio –también para los diabético- hay que tener presente que un ejercicio mal planificado puede comportar una serie de problemas que, conociéndolos, se podrán evitar.
«Los niños diabéticos, para mantener el equilibro de las glucemias, precisan de ajustar la dosis de insulina y su alimentación en relación al esfuerzo físico»
Si hay exceso de insulina durante el ejercicio puede provocar hipoglucemias, al no facilitar la salida de glucosa del hígado.
Fútbol, básquet, saltar a la comba, footing, bicicleta, tenis… son ejercicios físicos aeróbicos y a intensidad media y con una duración de entre 45-90 minutos son los más recomendados, al favorecer la circulación periférica y mejorar la oxigenación de las células.
Los niños con diabetes infantil deberán practicar actividad física de manera regular y siguiendo unas pautas de insulina totalmente individualizadas. Por lo que respecta a la alimentación, es recomendable tomar una ración de hidratos de carbono de 1 a 3 horas antes del ejercicio, y según los niveles de glucemia antes de la práctica deportiva, también 30 minutos antes tomar una pequeña cantidad de carbohidratos como una fruta, una bebida energética o unas galletas.
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