Cuando los hijos se convierten en padres de sus padres


manos abulo y nieto
Ultimamente, cada vez que visita a sus padres, se da cuenta de que los efectos de la edad son más : se cansan más de la cuenta, no salen a caminar con la misma frecuencia de antes, se olvidan las cosas y se han vuelto bastante reacios a los cambios.

A lo mejor su mamá ha sufrido una caída o tal vez su padre ha sido diagnosticado con Alzheimer o demencia senil. La vejez forma parte de la vida pero para los hijos muchas veces significa que deben hacerse cargo de sus padres.

Las personas envejecen de forma muy diferente, pero es generalmente a partir de los 70 y 80 años que la forma de responder a diferentes situaciones es menos rápida, el aparato psicomotor ya no es tan flexible y la memoria comienza a deteriorarse», explica la doctora Sara Czaja, codirectora del Centro para la Vejez de la Universidad de Miami y profesora de Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento e Ingeniería.

Cuando esto sucede y los padres no pueden o deben vivir solos, los hijos tienen que tomar una decisión. Pueden optar por llevar a la madre o al padre a vivir con uno de ellos o ponerlo en un asilo, depende de cada persona y de los recursos con los que cuente, dice Ana Dápelo, trabajadora social de Baptist Hospital y experta en el tema. Esta señala que aunque lo ideal es que la persona se mantenga en su propio hogar, a veces no se puede.

Lo importante es que las personas sepan que tiene opciones en cuanto al cuidado de las personas de edad, explica Czaja. Además de tener a individuo en la casa de un familiar, se puede contratar a los servicios de un enfermera o un agencia que proporciona ayuda a domicilio o llevarlo a un centro especializado.

Lo más importante al momento de contratar los servicios de una persona es asegurarse de que tiene el entrenamiento y la educación adecuada, y en especial, experiencia cuidando a personas de edad. Las preguntas son las mismas que se hacen cuando se trata del cuidado de un niño, añade.

Para Dápelo el proceso de decidir sobre el futuro de nuestros padres comienza mucho antes de que haya un deterioro evidente en el familiar de edad. En algún momento hay que conversar con los padres sobre sus deseos y los planes que tienen para el futuro. Deben estar claros sobre qué tipo de cuidado quiere así como si ha hecho un testamento en el que exprese sus deseos, agrega. Es importante dialogar sobre la posibilidad de dejar un poder legal a favor de uno de sus hijos o familiar cercano, en caso de que queden inhabilitados para tomar decisiones o en el caso de que fallezca. Los hijos también deben enfrentarse con la realidad de que los roles van a cambiar; ya no serán hijos sino padres de su padres, indica. Según Dápelo para muchos adultos el afrontar el hecho de que sus padres van a envejecer y morir, es también reconocer que ellos van por el mismo camino. Por lo tanto, mientras antes se acepte esta parte de la vida, es mucho mejor porque uno se prepara.

Uno de los shocks más grandes que se lleva la gente es cuando los padres ha sido personas bastante saludables y de repente se enferman y los hijos no saben qué cubre el seguro médico, manifiesta Dápelo. Muchos creen que va a cubrir el cuidado de los padres pero se dan cuenta que no es así y esa responsabilidad recae sobre ellos.

Fuente: El Nuevo Herald

 

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